La Fundación Privada Mitri fue constituida en España a mediados del 2010, con el principal objetivo de realizar proyectos de ayuda social en beneficio de los más necesitados. Su primer proyecto se llevó a cabo en Lombok, Indonesia, a principios del 2011, en donde se apoyó a una comunidad nativa donándole maquinaria agrícola con el fin de optimizar el proceso de siembra y cosecha de alimentos.
A mediados del 2011, con tan sólo un año de existencia, los representantes de la Fundación Privada Mitri viajaron al Valle Sagrado del Cusco, en Perú, para idear su segundo proyecto. El Perú, como otros tantos países de la región sudamericana, es uno muy desigual; así como existen sectores que gozan de estabilidad económica, es alarmante el alto porcentaje de habitantes que vive en condiciones de extrema pobreza. El centralismo político, social y económico genera una ruptura entre las zonas costera, andina y selvática, siendo estas dos últimas regiones las que padecen de mayor desatención.
En una situación tan complicada como esta, son los niños y niñas los que se llevan la peor parte. Desde un primer acercamiento, cualquier persona quedaría impactada al observar la cruda realidad en la que pasan sus días muchos niños del Valle Sagrado del Cusco. La desatención paternal y maternal, las carencias materiales y la falta de higiene, son solo algunos de los factores que influyen en que muchos de estos pequeños manifiesten falta de autoestima, cuadros de desnutrición y bajo rendimiento académico.
Los niños de la escuela de Huarán, comunidad con la cual trabajamos desde el 2011, provienen en su gran mayoría de comunidades campesinas muy alejadas de la escuela, es por ello que cada lunes deben caminar entre tres y cinco horas por las montañas para ir a estudiar. Durante los días útiles, algunos de ellos permanecen en pequeñas construcciones de barro sin instalaciones básicas ni supervisión adulta. No hay que sorprenderse si vemos a un grupo de hermanos de entre cinco y doce años haciendo sus tareas en una habitación sin ventanas, sin luz eléctrica y sobre el suelo de tierra.
Otro aspecto que cabe mencionar es que estos niños reciben muchas obligaciones laborales y familiares desde muy temprana edad. Es muy común ver a un niño pequeño haciéndose cargo de sus hermanos menores, preparándole los alimentos o cambiándole la ropa. Está de más mencionar que cualquiera de estas actividades sin la vigilancia de un adulto, se llevará a cabo de forma incompleta y sin la experiencia necesaria. Asimismo, existen muchos casos de falta de comunicación dentro de las familias. La falta de cariño y contacto humano hace que los pequeños queden relegados solo como ayudantes del hogar y del campo; como fuerza de trabajo y no como seres en pleno desarrollo a los cuales hay que acompañar y cuidar.
La Fundación Privada Mitri viene poniéndole todo el esfuerzo y las ganas para poder revertir esta situación desventajosa. Entre los proyectos que venimos realizando, se encuentran la alimentación diaria a 120 niños durante todo el año escolar, apoyo con chandals deportivos, actividades artísticas por las tardes, donación de vestimenta y juguetes, implementación de un comedor, paseos recreativos y culturales, viajes de promoción y fiestas de cierre de año escolar.
Estos bonitos proyectos se han podido llevar a cabo gracias al aporte de la Fundación Mitri y posteriormente al apoyo incondicional de familiares y amigos en Perú y España. Nuestro principal objetivo en el Valle Sagrado del Cusco es lograr combinar el apoyo material con la interacción directa y el contacto afectivo, para así poder escuchar las voces reales de los niños y sus inquietudes. Mediante estos proyectos la Fundación Privada Mitri sigue firme en su misión por revertir la situación desventajosa en la que viven los niños y niñas en los Andes del Perú. Creemos que solo así podrán crecer plenamente, sintiéndose seguros de sí mismos y con las herramientas suficientes para poder afrontar los obstáculos de la vida.
Dado que son muchos los pequeños que requieren de nuestra ayuda, creemos que ha llegado el momento de crecer. Si quieres ser parte de la familia Mitri sólo necesitas tener un corazón sensible y vocación de compartir; es tiempo de que la familia se expanda y esto sólo se podrá dar gracias a tu ayuda.
Presidenta
Secretario
Vocal
Vocal